Siguiendo el desarrollo de tu bebé, nos centraremos en un viaje que nos conducirá a los principales cambios fisiológicos en las semana 26 a la 30 de embarazo.
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Cambios Fisiológicos semanas 26 a la 30 de embarazo
Semana 26
Entre los cambios experimentales más evidentes en la semana 26, está el desplazamiento del feto a la posición flexionada o conocida como ‘fetal’.
Por otro lado, el tamaño del bebé es similar a una lechuga con unas medidas de 35 centímetros desde la cabeza al coxis y un peso de 760 gramos, aproximadamente.
A su vez, la cara del bebé va presentando algunos rasgos más finos y en la ecografía es visibles las cejas y las uñas.
Entretanto, el útero va reduciendo su espacio, pero no impide que el bebé tenga libertad en los movimientos y desplazamientos.
Con respecto a los cambios maternos, el útero medirá unos 26 centímetros, además, el peso debe marcar unos 350 gramos semanales.
Otros síntomas que experimentan las mamás en la semana 26 es dolor de cabeza, en el área de la espalda y pesantez en las piernas.
Semana 27
De a poco nos acercamos al tercer trimestre del embarazo y con ello, el crecimiento del bebé en la semana 27 es similar al tamaño de una coliflor.
Por otra parte, el bebé va tomando peso y llega casi al kilo, mientras, que mantiene los 36 centímetros de la semana 26.
En cuanto a los movimientos del feto, son más prominentes y es más sensible al exterior, es decir, puede sobresaltarse con los estímulos de afuera.
Para esta semana, los pulmones se van formando al completo, pero dichos órganos se utilizarán en la vida extrauterina.
A su vez, notarás que tu pancita va ejerciendo unos leves movimientos, que son producidos por el bebé y la práctica de la respiración.
Con respecto a los cambios maternos, seguirán los altibajos del humor, como la ansiedad o la misma depresión. Por lo que, aconsejamos que te distraigas y practiques alguna actividad acorde a tu condición física.
Semana 28
Otros de los cambios fisiológicos más prominentes dentro de las semanas 26 a la 30, ocurren en la 28 y es que el bebé empieza a reconocer la voz de la mamá.
El tamaño del bebé en la semana 28 es de 36.6 centímetros, similar a la de una berenjena y un peso de 1.150 gramos.
Por su parte, la piel empieza a presentar surcos y el cuerpo se nota más redondo y suave.
En cuanto al cerebro va en crecimiento y desarrollo, lo cual, genera mayores estímulos en el bebé con el exterior.
Para los cambios maternos, el útero desplaza en cierta posición al estómago e intestino, generando estreñimiento y acidez estomacal.
Si tu Rh es negativo, en esta semana se aplicarán la inyección Rhogam o con el suerto anti-D, con la finalidad de proteger al bebé de los anticuerpos maternos.
Cambios fisiológicos de las semanas 26 a la 30 de embarazo (Parte II)
Semana 29
Para la semana 29 de embarazo, el bebé se mantiene activo y sus pataditas se hacen notar y sentir en el abdomen de la madre.
Por otro lado, el tamaño del bebé es similar a la de una bellota o auyama, donde las medidas son de 38 centímetros y un peso de 1200 gramos.
Asimismo, el desarrollo cerebral sigue su curso, donde la sensibilidad a la voz y la luz del exterior se hace evidente.
A su vez, el lanugo empieza desaparecer de algunas partes del cuerpo y los pulmones han madurado en funciones y tejido.
Los cambios que experimenta la madre van desde la consistencia del julo vaginal, dolores articulares y musculares, además, del crecimiento de tu pancita.
Semana 30
Finalmente, llegamos a la semana 30 y los cambios persisten en tu bebé, ya que son más que notorios.
En esta semana, el tamaño del bebé será similar al del pepino, es decir, unos 39 centímetros y un peso de 1.300 gramos, aproximadamente.
Por otro lado, sus rasgos son bien definidos, eso incluyen los órganos sexuales, en los niños los testículos han descendido a la bolsa escrotal.
En cuanto a la piel, no se encuentra arrugada y es más contorneada, además, se empieza a moldear su posición al nacer.
Para la madre, sentirá más peso de lo normal, pero es algo típico en el tercer trimestre de la gestación.
Sumado a ello, las hormonas van incrementándose, en especial, los estrógenos y la progesterona.
A su vez, los huesos de la pelvis se vuelven más flexibles con la condición para que el bebé salga del canal de parto en el tiempo correcto.
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Autora: Marines Boy de García.